*Sin palabras*
Hay abrazos en los que las palabras son innecesarias. Solo alegría y dicha de darse. Los miedos y las defensas se han hecho a un lado, hemos depuesto las espadas del juicio y el ataque. Y nos mostramos como realmente somos. En ese momento ya no son dos cuerpos los que se abrazan, son dos corazones que se cruzan para sentir un mutuo palpitar. El amor no sabe de palabras, que solo son símbolos que inventamos cuando nos olvidamos de quienes éramos. La melodía del amor tiene otra partitura, a la que accedemos cuando silenciamos nuestras mentes, y nos damos sin medida ni condiciones, es el momento en que el “otro” y “yo” desaparecen, y nos fusionamos en nosotros, que en realidad es Uno, pues procedemos de la misma Fuente que todo lo une e integra, en el eterno abrazo del Amor.
Bendiciones
Oscar Gómez Díez
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