
EL SONIDO DE MIS DÍAS
El silencio de la noche cede ante el sonido de un nuevo amanecer, el canto matutino de un gallo sin corral, rompe el silencio del alba que empieza a saludar, a lo lejos se oye el río, que fluye sin cesar, se siente presuroso, pues va en busca de un lejano mar, y en su viaje el agua trémula se rompe con la roca, cuyo sonido arrulla la vida que deja a su pasar. Los pájaros alegres anuncian con su trinar, que el sol ha empezado a brillar, y el viento que desciende por la hondonada de la montaña, susurra contra el cristal, reclamando que abra las ventanas, que aprecie el nuevo cielo, y que deje a la brisa mi cuerpo atravesar.
El verdor de un magnífico paisaje llena mi mirada, las imponentes montañas andinas, explican la sinfonía de una naturaleza que reclama mi atención. La contemplo, y en mi silencio, inhalo el aire fresco, mientras mi mirada se funde con el paisaje y me hago uno con él. Otros sonidos, otras voces empiezo a percibir, rompo mi silencio con un buenos días, y una oración de amor y gratitud.
La ilusión de un nuevo día hace presencia con su lógica de placeres y dolores, de carencias y fantasías, con ese deseo constante de satisfacer lo efímero que nunca se completa. Más tarde otro sueño me domina, no es el sueño de la noche. De pronto siento otro sonido, es la voz y una leve palmada, la enfermera que me despierta tras la anestesia, anunciándome que el procedimiento ha culminado. Son otras luces, otros sonidos, otras voces, y el pito intermitente de aparatos de hospital, los que me llaman de nuevo a despertar.
Salgo a la calle, y escucho el ruido de los autos, y la vibrante marea humana que fluye por doquier. Contemplo este paisaje de ladrillo, cemento y latas de metal, regreso a mi silencio interior y me pregunto: “¿Cómo iban a poder satisfacer las ilusiones al Hijo de Dios?” (UCDM L272), es otro el sueño al que quiero despertar, es a otro mundo al que quiero renacer, aquel que el perdón me muestra tras disipar los velos de toda ilusión, el mundo de la sonrisa eterna, del amor sin juicio y de la paz sin condición, el de la danza infinita, de alegría sin fin, de este sueño no despierto diciendo buenos días, sino, gracias Padre he regresado!!!
Bendiciones
Oscar Gómez Díez
https://oscargomezdiez.com/
Que hermoso
Gracias 💛
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