LECCIÓN 209
“No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.”
1. (189) “Siento el Amor de Dios dentro de mí ahora.”
Jesús le da mucha importancia al pensamiento central del repaso “No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.” Pues si nos queremos liberar del ego necesitamos des-identificarnos con el cuerpo, que ha sido el vehículo del ego para hacer real la separación, y utilizarlo como un arma de ataque, y en lugar de ello, recordar que nuestra única realidad es que somos una mente libre e ilimitada, y eternamente amorosa. Si asumimos la primacía de la mente amorosa sobre la mente falsa, el cuerpo que de por si es neutro, puede cumplir otra función, ponerse a las ordenes del Espíritu Santo como un vehículo de comunicación para perdonar y extender amor.
En este contexto podemos comprender mejor la idea del día de hoy, “Siento el Amor de Dios dentro de mí ahora.” el Curso se dirige a nuestra mente no al cuerpo, de ahí que este sentir no es corporal, este sentir es un estado mental, es un estado de consciencia, un sentimiento, una emoción que es posible que lo experimentemos en el cuerpo pero que lo trasciende completamente pues el Amor de Dios es eterno e inmutable. Nuestro cuerpo puede cambiar, degradarse con el tiempo, enfermar y morir, pero el Amor de Dios por nosotros no cambiara en ningún momento y por ninguna circunstancia.
En el estado del Cielo la Creación se manifiesta como una extensión del Amor de Dios, por lo que el Amor es nuestra naturaleza y nuestra condición como nos lo dice el siguiente texto:
“El Amor de Dios es lo que me creó. El Amor de Dios es todo lo que soy. El Amor de Dios proclamó que yo soy Su Hijo. El Amor de Dios dentro de mí es mi liberación.” (L – 209)
El amor de Dios siempre ha estado disponible para nosotros, solo que lo hablamos negado y olvidado, por lo que sentir el amor de Dios dentro de mí es una decisión, de reconocerlo y aceptarlo, y eso lo logramos cuando elegimos al Espíritu Santo y no al ego, como nuestro Maestro interior, y procedemos a perdonar todos los pensamientos que niegan el Amor de Dios dentro de mí. En ese momento, “El Amor de Dios dentro de mí es mi liberación.” (L – 209)
PRÁCTICA DIARIA:
“No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.”
(189) “Siento el Amor de Dios dentro de mí ahora.”
“No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.”
Con estas ideas nos levantaremos por la mañana, pasaremos todo el día y nos acostaremos pensando en ellas y nos levantaremos nuevamente.
Con estas ideas meditaremos en la mañana y en la noche, mínimo 15 minutos, y haremos una pausa cada hora para recordarlas en quietud y silencio y hacerlas nuestras, para igualmente repetirlas entre horas lo más que podamos.
RESPUESTA A LA TENTACION:
A lo largo del día, “Cuando la tentación te asedie, apresúrate a proclamar que ya no eres su presa, diciendo:”
“No quiero este pensamiento. El que quiero es ________ .”
(L– r VI. 6:1-2)
En el caso de hoy el pensamiento que quiero es:
(189) “Siento el Amor de Dios dentro de mí ahora.”
“Y entonces repite la idea del día y deja que ocupe el lugar de lo que habías pensado.” (L-r VI.6:4)
No olvides dejar pasar ni un solo pensamiento vano en tu mente sin confrontarlo, sin perdonarlo, ya sea de ira, ataque, carencia, tristeza, culpa, miedo o cualquier otro pensamiento no amoroso que niegue tu realidad inmortal. La salvación depende que no dejes ni una sola mancha de oscuridad en tu mente, para que la luz de tu Amor ilumine al mundo y a todas las mentes que Dios creó una contigo.
Bendiciones
Oscar Gómez Díez
https://oscargomezdiez.com/
Amén, mil gracias por compartir, felíz y bendecido día!
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